jueves, 10 de febrero de 2011

LOS PIES DEL CORREDOR

Artículo de Carlos García Prieta.

El problema no es solo que podemos fastidiar el pie, sino que una mínima ampolla puede generar un cambio de pisada y un ajuste total de apoyos del cuerpo, escoliosis incluida, pero si les podemos ir a ver con menos frecuencia mejor para nosotros, claro.

Hay algunos conceptos básicos que debemos conocer antes de mejorar el cuidado de los pie:

* Nada es seguro.

* Lo que puede funcionar para otro, puede que conmigo no funcione.

* Lo que siempre me ha funcionando, puede que un día no lo haga.

Bien, después de estas verdades, que desgraciadamente lo son pero que no aclaran nada, intentaré dar algunas otras verdades que sí pueden aclaramos algunas dudas. Como casi todos los problemas en la vida, se pueden aclaramos algunas dudas. Como casi todos los problemas en la vida, se puede ser proactivo, es decir, prever lo que puede pasar y preparamos, o reactivo, es decir, reaccionar cuando surgen el problema y aplicar entonces una solución. Considerado la importancia de los pies para la carrera creo que lo mejor es aplicar los dos principios.

A.- PROACTIVIDAD.

La primera de las cosas que debemos tener en cuenta es el acondicionamiento de los pies, es decir, la preparación específica para soportar las cargas de trabajo a las que se verán sometidos. Igual que sin flato no podemos correr un maratón, lo mismo debemos pensar cuando nos referimos a los pies, debemos someternos a su propio proceso de endurecimiento antes de cargarlos con el esfuerzo de una carrera. Y no digo nada si en la carrera debemos llevar mochila, lo que lógicamente aumenta las solicitaciones de las extremidades. Aquí van algunos consejos:

* Empezad con distancias.

* Hacer caminatas descalzo, si se puede, para endurecer.

* Escoger las zapatillas/calcetines/plantillas adecuadas.

* Aprender a cortar las uñas adecuadamente.

* Controlar los callos.

* Estirar los tobillos y los dedos.

Prevención. Aquí la empezamos a liar, porque son muchas las cosas que pueden afectarnos y muchos los sistemas de prevenir, pero a base de leer y estudiar y algo de experiencia corriendo por ahí, se puede llegar a algunas conclusiones que nos pueden ayudar a centrarnos.

El mayor problema cuando nos referimos a los pies son las ampollas, y sus consecuencias. Para que una ampolla se desarrolle, deben existir tres factores: Rozamiento + Humedad + Calor. Con este razonamiento, si eliminamos cualquiera de estos factores, será más difícil (por no decir imposible) que las ampollas se desarrollen.

Así, para combatir el rozamiento podemos usar calcetines sencillos o de doble capa. Lubricantes, polvos o una buena protección con cita. Para la humedad existen calcetines con características particulares o incluso polvos anti-humedad. El calor lo podemos combatir con calzado adecuado, y el uso de guetres (polainas) cuando hace falta, y no indiscriminadamente.

En calor caso, hay que considerar siempre las tres reglas citadas más arriba, ya que desgraciadamente se aplican con increíble constancia. Hay que ir probando y dar con la combinación que nos pueden encajar, ya que lo que si podemos afirmar es que los factores de producción de las temidas ampollas están claros, de manera que basta un poco de paciencia.

Aparte de citado, otros elementos que pueden ayudar a combatir las ampollas son:

* Nutrición e hidratación adecuada.

* Cambio frecuente de calcetines.

* Lazada, tipo y apriete.

* Endurecer los pies.

* Adherentes.

* Productos anti traspiración para el pie.

* Plantillas.

CUIDADO PREVIOS.

Algo que casi nadie hace es el cuidado diario de los pies. Teniendo en cuenta que el cazador limpia y engrasa su arma, los corredores de montaña deberíamos cuidar no solo los músculos y la alimentación sino también los pies. Un cuidado básico que recorriendo es el control de las callosidades. Estos elementos son de protección y los crea el propio cuerpo en las zonas de máximo desgaste por lo que no es conveniente su tota eliminación.

Sólo en caso de que nos produzcan molestia, por estar formándose en alguna zona no normal, podemos considerar la vista a un podólogo para estudiar el problema y en su caso buscar solución. Si la formación es la normal, es decir en los bordes exteriores del pie, o los talones, un ligereo, un ligero pulido con una lima y un poco de crema hidratante es bastante. Y como recomienda José Manuel Cebollada especialista en podología, ya que ayudará a eliminar las durezas.

B.- REACTIVIDAD

Cuando empezamos a hablar de reactividad es que ya la hemos liado, vamos que ya tenemos un problema que hay que resolver. Normalmente en casi todas las carreras hay un equipo médico a disposición que nos pueda ayudar, lo cual es muy interesante, sobre todo si la cosa se complica, pero yo soy de la opción de que cada uno debe saber arreglársela por si mismo, de manera que lo más interesante es acudir al equipo médico si no estamos seguros de lo que o como hacerlo, pero aprovechar para que nos enseñen, y no porque nos lo resuelva siempre ellos. La próxima vez, lo mismo no hay un medico cerca.

Llevar un pequeño kit anti-ampollar se ha convertido casi en obligatorio en muchas carreras de manera de deberíamos poder arregládnoslo solos. Un punto importante a considerar es que antes de la aparición de cualquier ampolla siempre hay un enrojecimiento, y muy posiblemente algo de dolor en la zona con lo que hay que tomar un decisión difícil, o nos paramos más adelante si se desarrolla la ampolla (reactivo).

Cada corredor es diferente y cada uno toma sus decisiones en carrera. En cualquier caso, un buen Taping a tiempo, nos pueden ahorrar muchos problemas después. Buen, considerando que por muy buenos que sean nuestros sistemas de protección llegará un día en el que nos saldrá seguramente una ampolla, más vale que sepamos como meterle mano.

REPARAR AMPOLLAS

Básicamente, debemos mejorar las condiciones de la ampolla de manera que podemos seguir corriendo, ya que lo normal es que la tratemos en medio de una carrera y todavía nos quedan kilómetros a recorrer.

En cualquier caso, y de un modo más general, nuestros objetivos en el tratamiento según el Dr Bryan Bergero deberían ser:

* Evitar infección.

* Minimizar el dolor.

* Reducir la incomodidad.

* Evitar el crecimiento de la ampolla.

* Acelerar la recuperación.

Para conseguirlo el sistema clásico es el uso de piel artificial, que amortigua la presión en la ampolla y protege de la posibilidad de infección. Si la ampolla tiene ya líquido lo ideal es variarla para reducir la presión, pero con un agujero relativamente pequeño, ya que no conviene que la piel se separe porque nos protege y no sirve para amortiguar.

Para vaciarla también está el conocido método de coser la ampolla con aguja e hilo, de manera que dicho hilo sirve de escape del líquido y no se cierre el agujero. El problema de este controvertido método es que a través del hilo pueden entrar bacterias y producir una infección no deseada.

Si la ampolla tiene sangre o el líquido no es claro, es una señal de infección y debemos extremar los cuidados. La aplicación de una pomada antibiótica puede ayudar considerablemente.

Hay muchos métodos de regenerar ampollas, tantos como corredores, y montones de productos que podamos utilizar, pero siguiendo las tres normas de otro del tratamiento de ampollas puesta al principio, mi recomendación es que si tenemos un método que funciona para nosotros, hay que seguir usándolo, hasta que no funciones… y entonces buscaremos otro. Si no es así, debemos ponernos en manos de de un especialista (es mejor opción), y que sea él quien nos enseñe.

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